BURBUJAS
“I think chasing for sex and chasing for photos is somehow the same, especially when you photograph people. It is all about the excitement of getting really close with a person for a short moment”
Jan Hoek
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The Pattaya Sex Bubble. Encontrado como objeto, como libro-objeto, en un festival “mutante” de libros. Presentado por una pizpireta muchacha al estilo fanzinero, es decir, mostrándolo enérgicamente e invitando a su lectura. Llama la atención por el formato ‘comic book’. ¿Un arco argumental de diez números? Las aventuras son las de su autor, el fotógrafo holandés Jan Hoek, en la disneylandia para adultos que es Pattaya (Tailandia), también conocida como Sin City, o la Sodoma y Gomorra del mundo.
Los protagonistas, algunos de sus habitantes, que son expuestos, salvados, recreados durante diez episodios en un aparente folletín emocional que no es otra cosa que un manual de salvamento. Cada episodio es reflejo de las experiencias de un fotógrafo que decide apartarse del sexo en la capital mundial del turismo sexual para apreciarla mejor. ¿Qué es lo que encuentra? Personas que reconoce como sus amigas a las que salvar a través de la imagen, el mito, la ficción.
1.- You know those Thais are sexual just really fluid (For them sex is just another function of the body)
La aventura gráfica de Jan Hoek comienza con citas atrapadas en burbujas, en viñetas. Una colección de bocadillos que encierran palabras expresadas por trabajadores del sexo y por clientes. Dos mundos que se estrellan; se complementan. Pulsiones hechas carne, no siempre billetera mediante. En el supermercado de las emociones, “todos somos depredadores; es naturaleza humana”.
2.- Paying Nancy to go with me to a Theme Park
En la Disneylandia para adultos, el fotógrafo le paga a Nancy un día en un parque temático.
Posa con distintas representaciones de lo extraño. Sonríe. Es un día en el parque de atracciones. En portada, Nancy mira fuera de campo, pensativa. En la última doble página, Nancy se prepara para atravesar el espejo.
3.- The man who asked me to make his new profile pictures
Una petición legítima. Un trato. Un contrato. En la imagen ya no queda nada de este hombre, solo el reflejo. Solo queda lo que el fotógrafo quiere que veamos. El troleo como estrategia para desactivar una bomba, o para activarlas todas. Una manera como cualquier otra de revelar. De interpretar.
4.- ‘In your eye I can see you are good or bad’
Se ha criticado de las imágenes de Jan Hoek su baja calidad técnica. Pero del grano, del pixel, surgen texturas, puntos de fuga, emoción. Retratos manipulados, imágenes esculpidas en riguroso blanco y negro de las que emerge intimidad, respeto. Jan Hoek decide poner rostro a la playa, a los cuerpos. Hace que las sonrisas estallen contra la costa. Subraya las miradas, re-enmarca el sentido de todos los signos recogidos por la cámara y nos los devuelve puros, limpios, dignos.
5.- Sea creature
El fotógrafo pide un texto a un escritor a partir de unas fotos. Las imágenes están hechas por la modelo, Candy Nice, y por él mismo. Esta necesidad de relato –delatora, sintomática, necesaria– es, a su vez, un juego, donde las metáforas funcionan como imágenes traducidas, aumentadas, que irán dando forma a un mito que entender, fabular, trascender.
Pieke Werner, crítico y escritor, escribe sobre las imágenes enviadas:
“As long as they benefit her, she will keep her mermaid-like breasts. Alike jellyfish, who can spend a part of their lives in ambiguity, she is the one as well as the other, a fabulous creature who has the best of both worlds united inside her.”
6.- No sex
El libro de instrucciones. Jan Hoek explica que no tener sexo en Pattaya fue su estrategia para saber más y mejor de Pattaya. Al menos, en principio. En este cuaderno encontramos reflexiones sobre la prostitución, cuestionamientos morales, pros y contras en listados varios, citas iluminadoras sobre trabajadores del sexo que le sugieren que no juzgue su profesión solo porque es incapaz de imaginarse haciéndolo: “Somos profesionales porque nosotros sí podemos hacer este trabajo. Y, por cierto, si no nos gusta un hombre, no nos acostamos con él”.
A los pocos días de abandonar la burbuja que es Pattaya, el fotógrafo decide dejar de complicarse la vida moralmente. Si todos los occidentales están satisfechos con los trabajadores del sexo tailandeses, al igual que ellos están felices por tener una vida mejor, donde su condición sexual no es cuestionada, por qué no dejarse llevar.
“I don´t have photo’s of anybody I had sex with. From the moment I started to have sex, I stopped making photos”
7.- Every Jack has his Jill
La burbuja está en nuestras cabezas. Cuando estalla, solo nos queda la ficción para trascender el recuerdo y hacer de esos pedazos el mito más grande, brillante y poderoso jamás imaginado.
8.- Disneyland for adults
En el proceso deconstructivo, el dibujo hermanado con la fotografía se constituye en gran binomio revelador. El parque de atracciones de la carne, el supermercado de las emociones, queda expuesto a través de las imágenes invocadas por un niño-grande que no sabe qué hacer con todo ello, si abrazarlo, prenderle fuego o luchar a golpe de ficción.
9.- Before they pass aw
Disolución. Lo que queda de la imagen, del recuerdo, del yo anterior.
10.- A possible new job
El mito. La criatura híbrida. La sirena que liberará a Cake y Nancy a través de la imagen. Fotos locas para los turistas. El fotógrafo imagina otras maneras de hacer, de ganar dinero en la calle. Creativas, sin sexo.
La Policía lo prohíbe. “Molesta a los turistas”. No hay alternativa real en Pattaya, una burbuja sistémica imposible de pinchar.
Elisa McCausland